20 diciembre, 2012

TULUM, Y LO QUE REALMENTE PASARÁ EL 21-12-12

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De acuerdo a los cálculos astronómicos mayas, algo extraordinario ocurrirá este 21-12-12. Sin embargo, no tendrá nada que ver con la disparatada historia del apocalíptico fin del mundo, sino con alineamiento de diversos monumentos arquitectónicos en las ciudades mayas con la posición del sol en ese día. Uno de esos casos, menos conocido que Chichen Itzá es Tulum, una ciudad del periodo Postclásico Tardío (1200-1521 d.C.) que se apuesta, dominante, sobre un impresionante mar Caribe de aguas turquesas y playas de arenas blancas.


 

Al amanecer del solsticio de invierno, el sol aparecerá por una pequeña ventana del edificio llamado el Castillo, evidenciando la conexión de la ciudad no solo con su paisaje marino circundante sino con su entorno cosmológico.


Similares alineamientos se dan también durante los equinoccios, cuando los rayos solares atravesaban un vano y se proyectaban sobre un edificio específico. Semejante cálculo astronómico permitía a los gobernantes mayas controlar a la población, que seguramente contemplaba pasmada cómo el dios sol era confinado y atrapado en un vano según las "órdenes" de sus autoridades. 

Por esta razón esta ciudad era conocida por los mayas originalmente como Zama, que significa "Amanecer" y evidencia el impacto que este fenómeno tenía en la memoria colectiva local (el uso de cálculos astronómicos en la arquitectura no es exclusividad de los mayas, aunque estos tuvieron un sistema calendárico muy avanzado. En este blog hemos comentado similares recursos en los monumentos neolíticos de Stonehenge en Inglaterra y Newgrange en Irlanda, así como también los templos del sol en Ollantaytambo y Machu Picchu en Perú).


Sin embargo, el nombre actual deviene más bien de una cualidad urbanística: Tulum significa muro o cerco y se refiere a la muralla rectangular de 380 x 170 metros que protege la ciudad por tres lados (los cortos al norte y al sur y el largo al oeste).




El lado este estaba protegido naturalmente por el despeñadero que da hacia el mar, y que le da a la ciudad una privilegiada visibilidad del paisaje marino. Los accesos en la muralla se vinculan en un patrón urbanístico único, basado en la existencia de avenidas pavimentadas que conectaban estos ingresos con el templo principal.


El Castillo, vistas frontales (desde el oeste)


El Castillo, vistas posteriores (desde el este)

Sobre la arquitectura de sus edificios, escribe el historiador Gustavo de J. Gutiérrez León:

" El uso de amplios techos abovedados con forma de cuello de botella, propios de la cultura Maya, conviven con techos planos construidos con troncos soportados en los muros. Los espacios internos son rectangulares y a veces ampliados por el uso de columnas centrales en las que se apoyaba una trabe de madera –Palacio y Casa de las Columnas–. Ocasionalmente los edificios cuentan con un pórtico de columnas, que en El Castillo tomaron forma de serpientes, como ocurrió en el análogo edificio de Chichén Itzá. Internamente las estructuras llegan a tener dos o más habitaciones –en la más profunda un pequeño santuario: Templo de los Frescos, Casa de las Columnas–, aspecto que comparte con Palenque. Igualmente es común el uso de adoratorios: estructuras pequeñas e independientes que no sobrepasan el metro de altura. 
En general, los edificios son bajos con fachadas divididas por molduras, resaltando así su horizontalidad. Usualmente los frisos tienen tableros en los que se representa un personaje boca abajo –Templos del Dios Descendente y de los Frescos–. Las paredes de los templos están intencionalmente inclinadas hacia afuera, dando un efecto peculiar. Para contrarrestar la carga, los vanos de las puertas son estrechos en su parte superior. Los dinteles están remetidos con respecto a la fachada más allá del borde de los accesos. 


Templo de los Frescos
 Pero hay también rasgos arquitectónicos únicos del lugar. Mascarones modelados en estuco en las esquinas de algunas edificaciones, como en el Templo de los Frescos; ahí el personaje es identificado como Itzamná, la deidad Maya más importante en el Postclásico. Otra característica propia de la cultura Maya en general, ligada a la arquitectura, aparece en Tulum: la pintura mural. Como en otros sitios del Postclásico, los personajes son deidades y ya no seres humanos –Templos de los Frescos y del Dios Descendente–."
 

En el 2006 Arquine llevó a cabo un concurso académico para un museo de sitio (nunca construido, por cierto) cuyos ganadores fueron el equipo 5NOVE/Alessandro Consol. La propuesta era totalmente subterránea para no interferir con los monumentos del entorno, pero se conectaba al exterior mediante unos pozos de luz en forma de pirámides truncadas.



Por su emplazamiento, Tulum debió tener un importante rol en el comercio regional. Si bien la escala de los edificios no es tan monumental como otras ciudades mayas, ni tampoco es muy especial el acabado de las contrucciones, pero nos impresionó enormemente por su espectacular ubicación en el paisaje y por el profundo conocimiento astronómico puesto al servicio de la arquitectura.


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