25 abril, 2008

YORO PARK Y EL DESTINO REVERSIBLE.


Dentro del paisajismo moderno, la modalidad de parques temáticos ofrece un espectro variado para la experimentación. Son reconocidos, por ejemplo el Parque Güell de Gaudí en Barcelona, el Millenium Park de Frank Gehry en Chicago y La Villette en París, por Bernard Tschumi, entre otros. En ellos, los autores, valiéndose de distintos recursos, buscan del paseante no sólo la expectación y relajamiento que ofrece un parque común, sino una interacción mas nutrida entre la persona y el espacio que la acoge.

Conducir al visitante a un nuevo destino, experimentando ansiedad, misterio, sorpresa, opresión o confusión es el propósito de Shusaku Arakawa y Madeline Gins, co-autores del denominado Parque Yoro: Sitio del Destino Reversible. Para ello, el artista japonés y la poeta norteamericana, juegan con el terreno en un área de 18000 m2, haciéndolo protagonista del montaje escénico. El terreno conversa con el cuerpo del paseante, juguetea con él, lo constriñe y lo libera, lo amenaza y lo acoge.


Al ingresar al parque el visitante es recibido por la Oficina del Destino Reversible, concebida como una estructura de paredes laberínticas sin un centro generatriz.



En la multicolor coreografía de muros entrecortados, es el terreno el que se impone al plano. Es más, el techo mismo se desprende del terreno como una segunda piel. A lo largo de la estructura, el techo y el piso interactúan en pareja. De hecho, algunos muros se han desprendido y adosado a la cobertura, como un reflejo tridimensional y que invita a la levitación.



La luz desciende dramáticamente en puntos estratégicos, descubriendo las numerosas puertas que posee la oficina, y por las que el visitante puede salir y reingresar redescubriendo la interacción con el parque que la rodea. La oficina culmina en una terraza con vista hacia el parque.



Vecina a la oficina, se halla la Casa de Resemblanza Crítica. En una idea similar, pero aún más dramática, los ambientes de esta vivienda interactúan entre sí y el mobiliario, engarzándose en un juego caótico de formas contorsionadas.


El visitante es invitado a gritar su nombre, multiplicándose en el eco de innumerables reverberaciones. Mobiliario atravesado por paredes, o muros convertidos en muebles, que a su vez flotan despreocupándose de la gravedad.




La plaza principal contiene principalmente un área ovalada en la que destacan sendos cráteres y colinas (que dan la idea de haber sido socavados con una cuchara). Algunos promontorios sugieren el absurdo y se ladean permitiendo al visitante, sobre todo a los niños el experimentar la vivencia de conocer una montaña por debajo.


Una estrecha senda atraviesa las colinas y conduce a la atalaya mas elevada desde donde se domina el conjunto. Pero al ser este pasillo para el ancho de una persona, el paseante se encuentra a menudo con personas que vienen en otro sentido. Akarawa y Gins buscan de esta manera el promover el contacto corporal entre las personas, a menudo ensimismadas en su propia experiencia (después de experimenar el contacto con una docena de japoneses, uno termina hastiado!!)


El terreno, como siempre se inclina y hasta los estares le acompañan ladeándose y provocando por sensaciones que van del vértigo a la aventura.


De más está decir que son los niños quienes mas vivencian las infinitas alternativas que éste parque ofrece, retorciéndose entre sus complicados laberintos, experimentando amplitudes y estrecheces o explorando hasta sus más truculentos recovecos. Tal vez no reviertan su destino, pero de que lo disfrutan, lo disfrutan.

Este paisajismo abstracto busca transformar al visitante en participante, al espectador en actor, al contemplativo en activo. Como el arte moderno, se vale de recursos estridentes y dinámicos. El comentario final corresponde a cada quien y su rico y variado cariz (desde los que lo consideran alucinante hasta quienes lo ven como un disparate) logra un cometido indiscutible: no pasará desapercibido.


VER TAMBIEN/SEE ALSO
-
PARQUES TEMÁTICOS

- PARQUES DE LA PAZ
- PARQUES URBANOS
- PARQUES EN TERRAZAS



17 abril, 2008

EL JARDÍN DE PIEDRAS DE RYOAN-JI.


"Aquél que aprende a contentarse es espiritualmente rico, mientras que el que no aprende a contentarse es espiritualmente pobre aún cuando sea materialmente rico"
Proverbio zen

A pesar de su modesta apariencia, o más bien a raíz de ella, el Ryoan ji es el más famoso de los jardines japoneses. Entendido como la quintaescencia de la estética zen, ha sido objeto de numerosas pinturas, poemas, estudios y, por supuesto, es también Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. Y es que, al subsumirse en la quietud de su austero diseño, el visitante puede trascender lo sensorial obteniendo una experiencia espiritual memorable. Probablemente ese fue el motivo por el que fue diseñado. Sin embargo, el Ryoan-ji no sólo se confina al jardín de piedras, como comentaremos en estas líneas. Otros vergeles menos conocidos contribuyen a hacer del Ryoan-ji uno de los jardines más bellos del mundo.

La misma vista durante el invierno.

UBICACIÓN

Ryōan-ji (龍安寺) que significa el Templo del Dragón de la Paz, se encuentra al noroeste de Kioto, en las montañas de Nishiyama, relativamente cerca del Pabellón de oro, Kinkaku ji.

Ubicación del templo Ryoan ji en su entorno.

BREVE HISTORIA

El templo pertenece a la escuela Myoshinji, de la secta budista Rinzai. Fue construido sobre las ruinas del antiguo templo de Tokudaiji, que fuera erigido en 983 durante el periodo Heian (794-1185). Algunos siglos después, en 1450 el sitio fue adquirido por el comandante Hosokawa Katsumoto (1430-73), quien construyó aquí su residencia y un templo que fuera destruido durante las guerras Onin, que dejaron la mayoría de los edificios de Kioto en cenizas. Fue durante la reconstrucción entre 1488 a 1499 que el famoso jardín de piedras fue construido, ya en el período Muromachi (1333-1573). El templo ardió nuevamente en 1790 y fue reconstruido en 1800, aunque no completamente.



DISTRIBUCIÓN

El templo Ryoan ji se organiza en dos dominios: el más externo que se desarrolla en torno al estanque Kyoyochi; el más privado en donde se encuentran el salón Principal y el Jardín de piedras.

Elementos principales en el templo Ryoan ji en su entorno. Imagen Google Earth.

EL ESTANQUE DE LOS PATOS

Al ingresar al templo el visitante se encuentra con un enorme estanque artificial que recuerda a los jardines del periodo Heian, desde los que se solían realizar fiestas en bote. En efecto, el jardín conocido como Kyoyochi (en forma de espejo) fue creado al principio del siglo XI por Fujiwara Saneyoshi y es especialmente bello en otoño.

Estanque Kyoyochi durante el otoño. Foto C. Zeballos.

En medio del estanque hay dos islotes: uno pequeño, llamado Fushitora jima (Isla del Tigre Oculto) y el otro más grande llamado Bentenjima (o isla dedicada a la deidad sintoista Benten, la diosa de la buena suerte) se halla ligada a la caminería circundante mediante un puente.

Puente que conduce a Benten jima. Foto C. Zeballos

Este estanque es también popular por su población de patos mandarines, por lo que a veces se le llama Oshidori ike, es decir, el Estanque de los patos.

Kyoto autumn walk. Foto cortesía de private eyes

EL ACCESO

El ingreso a los ambientes interiores del templo se realiza a través de una amplia escalera que conduce al Kuri, es decir las habitaciones de los monjes, y que es el mayor edificio del conjunto. Fue uno de los edificios reconstruidos en 1800.

Vista del ingreso al Kuri. Foto C. Zeballos

El ingreso al Kuri tiene un manejo espacial interesante. Una doble altura recibe al visitante, la que luego se convierte en una escala más íntima al aproximarse al jardín.
Foto C. Zeballos


LAS HABITACIONES DEL ABAD

El Hondo o residencia del Abad constituye en el edificio más importante del conjunto y desde el cual se contempla al jardín. Está compuesto por varias habitaciones organizadas alrededor de un corredor o pasarela. En el centro del edificio se encuentra un altar, y en los techos se hallan pintados dragones.


Planta del área posterior del Hondo rodeado por una pasarela, mostrando el jardín trasero. En el centro del edificio se encuentra el altar. Imagen cortesía de M. Bring y J. Wayemberg

Interior del Hondo. Flexibilidad espacial, integración interor y exterior, austeridad y minimalismo, modulación geométrica, decoración de los paneles basada en la naturaleza, son algunas de las características de la arquitectura japonesa aplicadas en este templo.
Foto C. Zeballos

Desde mi punto de vista, el Hondo tiene una importancia a veces despreciada en la literatura sobre el templo Ryoan ji, ya que es la plataforma desde donde se observa el jardín y el espacio donde se lleva a cabo la meditación. El jardín no es sólo un jardín sino es también lo que significa para el que lo observa, y en esa relación el Hondo cumple un papel fundamental como punto de observación. Generalmente los jardines han sido complementos de la arquitectura, pero en este caso es la arquitectura la que deviene en complemento del jardín.

Vista desde el Hondo. Foto cortesía de super ape

EL JARDÍN DE PIEDRAS

Estilo

Este celebrado jardín corresponde al estilo kare-sansui, o "paisaje seco de montañas y agua". Este tipo de jardín cuyos primeros ensayos se dieron en eras anteriores al periodo Nara (710-794) y Heian (794-1185), poco a poco fue ganando notoridad y se desarrolló paralelamente al paisajismo clásico de otros jardines japoneses. Pero es en el periodo Muromachi (1336-1573) cuando estos jardines secos adquieren la importancia que perdura hasta hoy.



Emplazamiento y organización

El jardín se ubica frente al salón Hojo, en el extremo sur, como una extensión del salón perteneciente al abad.

Sección del jardín y el Hondo, resantando la integración espacial entre ambos y su complementación como lleno y vacío. Nótese la diferencia de alturas del jardín de piedras con el nivel de ingreso.
Imagen cortesía de M. Bring y J. Wayemberg


El jardín consta de una sábana rectangular de gravilla blanca, finamente rastrillada en francas rectas, de 30 metros de largo por 10 de ancho. Sobre ella que se hallan dispuestas 15 piedras, dispuestas de tal modo que no es posible verlas todas al mismo tiempo, en una referencia a que no es posible conocer la verdad absoluta de algo, excepto mediante la meditación. El número 15 es especialmente importante para el budismo, ya que es la suma de los siete continentes y los ocho océanos, simbolizando la totalidad del mundo.

Planta del jardín de piedras mostrando la plataforma del Hondo.
Imagen cortesía de M. Bring y J. Wayemberg


El jardín se enmarca una pequeña cuneta de piedra la que acoje cascajo gris, más grueso que la gravilla interior. Este sencillo recurso, además de ser un drenaje funcional, establece un límite entre jardín y el área de espectación, en donde lo sacro y lo profano se diluyen.

Detalle del encuentro entre la plataforma y el jardín. Foto C. Zeballos

Las 15 piedras se agrupan 5 islotes cubiertos por el musgo, en grupos de 5, 2, 3, 2 y 3 rocas respectivamente. Al respecto, los investigadores Gert J. van Tonder y Michael J. Lyons han analizado la estructura visual del arreglo de las rocas, sus patrones de agrupamiento, su disposición asimétrica y las distancias entre ellas y han descubierto una estructura de ejes de composición que, aplicada intuitivamente, logra la armonía estética que caracteriza a este jardín.

"En la siguiente imagen las líneas negras son las obtenidas por el algoritmo de Voronoi. El rectángulo azul marca el jardín seco. El rectángulo rojo marca la zona central del templo. El punto rojo es donde convergen todas las ramas que se generan en los vacíos del jardín, y donde se supone que obtenemos la visión más bella. El punto verde es desde donde puedes ver las 15 piedras".
Texto cortesía de kirai, Gert J. van Tonder y Michael J. Lyons.


El jardín se delimita por un muro de adobe de 1.80 metros, que controla la visual al interior del recinto, lo recarga de horizontalidad y ofrece un balance interesante entre artificialidad y naturaleza. Ha sido hecho con arcilla hervida con aceite, lo que le da muchas resistencia a los cambios climáticos y un poderoso carácter vetusto y tectónico, ya que, al mismo tiempo que da cuenta del paso del tiempo, contrasta y se complementa perfectamente con el rastrillado cotidiano del cascajo blanco. Además, la altura de la pared es ligeramente diferente en sus dos extremos, causando un interesante efecto de perspectiva.



Autor
No se conoce el autor del diseño aunque se especula que podría haber sido Soami (1480?-1525) conjuntamente con Dansen-in. No obstante, Karl Henning sugiere que el jardín habría sido ejecutado por trabajadores de las riberas de los ríos, ya que en la parte posterior de una de las rocas se encontraron las firmas de Kotaro y Hikojiro, probablemente dos trabajadores que participaron en la cosntrucción. El diseño del jardín ha sufrido pequeñas variantes a lo largo de su historia, tanto en sus dimensiones, como en la posibilidad de que sus visitantes caminaran libremente entre las piedras, e incluso en la altura del muro que lo define, el cual era mucho más bajo y permitía ver los árboles del estanque como paisaje prestado.



Simbolismo

Muchas interpretaciones se han versado por innumerables eruditos a través de los años sobre el propósito y significado de este pequeño jardín. Al respecto, el notable estudioso alemán Günter Nitschke menciona:

"La muchas interpretaciones académicas propuestas yerran, en mi opinión, en proveer una explicación satisfactoria acerca de la ubicación de las quince rocas. Me mantengo escéptico en cuanto a si obedecen a "las reglas del balance de un número impar" o alguna "geometría secreta", y no estoy convencido de que el jardín ofrece una vista aérea de un océano simbólico con islas o incluso "cachorros de tigres cruzando el mar". Me parece más apropiado adoptar un enfoque más existencial a Ryoan ji, donde el jardín y sus efectos son simplemente experimentados por sí mismos. Fue, después de todo, creado con la ayuda de monjes Zen para el propósito de la medidación. Su sobrecogedora horizontalidad invita al visitante a sentarse y contemplarlo con placer. De hecho, la palabra "sentarse" y meditación" son sinónimas en japonés."

EL TSUKUBAI.

A un costado de Hondo, casi en la parte posterior, se encuentra un pequeño lavabo de piedra de forma circular y boca cuadrada, llamado Chisoku no tsukubai, en el que desemboca un chorrito de agua que discurre permamentemente a través de un simple tubo de bambú. Alrededor del cuadrado, que representa el carácter chino 口(boca) pueden leerse los caracteres, 吾 唯 知 足.

 Nótese que el carácter 口 viene a ser parte complementaria de los otros caracteres.

La frase "吾, 唯足るを知る" significa "aprende a contentarse", en el sentido de la enseñanza Zen de que el conociemiento es suficiente para una satisfacción propia.
Este tsukubai fue un regalo del Tokugawa no Mitsukuni (1628-1701), importante historiador japonés del periodo Edo.

Vista del Tsukubai. Foto C. Zeballos

CONCLUSIÓN

Resulta interesante comprobar cómo este pequeño jardín que no tiene plantas, ni estanques de agua, ni siquiera un árbol, y sin embargo logra transmitir sensaciones tan intensas. Es tal vez esa ausencia de elementos, esa sensación de vacío que induce a la meditación la que lo hace tan especial. Es un jardín abstracto, adelantado a su época, aún vigente hoy. La austeridad de su diseño se complementa con otros jardines del templo, enfatizando su carácter como obra maestra del paisajismo.

FUENTES

- A guide to the Gardens of Kyoto. Marc Treib y Ron Herman.
- Gardens in Kyoto. Katsuhiko Mizuno.
- Japanese Gardens. Günter Nitschke
- Japanese Gardens, design and meaning. Mitchell Bring y Josse Wayembergh
- Kyoto, a cultural Guide. John H. y Ohyllis G. Martin.
- Kyoto Gardens. Kinsaku Nakane.
- Oña Moto, blog por Pilar Suguimoto.
- Página web del Templo de Ryoan-ji.
- The Visual and Spatial Structure of Landscapes. Tadahiko Higuchi.
- Un Geek en Japón, blog por Héctor García.


VER TAMBIEN/SEE ALSO:

- JARDINES JAPONESES/JAPANESE GARDENS
* Periodo Heian (794-1185)
* Periodo Kamakura (1185-1333)
* Periodo Muromachi (1333-1573)
* Periodo Edo (1603-1868)
* Periodo Meiji (1868-1912)

08 abril, 2008

EL PAISAJE CULTURAL DE SHIRAKAWA GO


El concepto de satoyama se refiere en Japón al ámbito que se encuentra entre las montañas y las áreas inhabitadas, una interfase donde generalemente se desarrollan actividades agrícolas o rurales. Engastadas en medio de sierras boscosas como ejemplo idílico de la idea de satoyama, las villas de Shirakawa go, en la prefectura de Gifu en el Japón central, constituyen un riquísimo legado de la histórica relación de las comunidades y su entorno cultural, económico y ambiental. El valor único de estas villas ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, por ser un "excepcional ejemplo de un asentamiento humano que se ha adaptado perfectamente a su entorno, así como a las circunstancias económicas y sociales de su gente". Entre las villas de Shirakawa go, la más grande y representativa es la de Ogimachi.

Dos vistas de las montañas de Shirakawa go. Fotos C. Zeballos

UBICACIÓN

Ogimachi, con una población de alrededor de 600 habitantes, se extiende a lo largo del valle del río Sho, en una planicie flanqueada por boscosas montañas de agreste topografía. En esta zona son frecuentes las copiosas nevadas en invierno, las que sumadas al accidentado relieve de sus alrededores, la sumieron en el ostracismo y la aislaron del resto del país.

Ubicación de Ogimachi a orillas del río Sho, entre las montañas de Shirakawa go.
Imágenes Google Earth

Rodeadas del tapiz multicolor de pequeños campos agrícolas y dispuestas a lo largo de una calle principal que discurre paralela a la dirección del valle, se encuentran unas peculiares y enormes casas construidas en un estilo llamado gassho.

Vista del valle de Ogimachi. Foto cortesía de la Dirección de Educación de Shirakawa-mura.La misma vista en invierno. Foto C. Zeballos.

BREVE HISTORIA

Si bien el área fue ocupada desde principios del siglo VIII como centro espiritual, el pueblo de Ogimachi empezó un desarrollo importante en el siglo XVI, durante el periodo Edo. Dadas las difíciles condiciones para la agricultura, la actividad económica principal de los pobladores fue la preparación de pólvora, la fabricación de papel artesanal hecho de hojas de mora y la sericultura o la producción de seda mediante la crianza de gusanos. La industria del papel declinó con la importación de técnicas occidentales durante el periodo Meiji (1868-1912), pero la industria de la seda se mantuvo hasta 1970.

Las casas se orientan paralelas al sentido del valle para evitar la resistencia de los vientos. Foto C. Zeballos.

Cuando la nieve es copiosa, el poblado ofrece un espectáculo magnífico. Foto cortesía de suchy.

La peculiar forma y funcionamiento y características constructivas de las casas del poblado de Shirakawa fueron descubiertas para el occidente por el notable arquitecto alemán Bruno Taut, quien visitó Shirakawa en 1935, y quedó sumamente impresionado por estas viviendas, las que describió en su libro "Redescubriendo la belleza japonesa".

EL ESTILO GASSHO

Las casas del estilo gassho-zukuri adquieren su nombre merced a la peculiar forma de su techo. A diferencia de las casas rurales japonesas llamadas minka, o las urbanas machiya, las gassho tienen el techo mucho más empinado, formando un triángulo equilátero, lo que impide una gran acumulación de nieve en invierno.

Reflejo de una casa gassho. Foto C. Zeballos.
Gassho significa "manos rezando", dado que la cobertura asemeja un par de manos en actitud de rezar.

Fachada de una casa gassho. El nombre proviene de la semejanza con unas manos juntas orando.
Imagen cortesía de la Dirección de Educación de Shirakawa-mura.

Las casas, con sus techos de una pendiente de 60 grados, se orientan paralelas al valle, en la dirección en la que se encañonan los vientos, reduciendo la resistencia a éstos. El techo está estructuralmente separado del cuerpo de la casa. En la fachada frontal se observan grupos de ventanas rectangulares, mayormente hechas de papel. En la fachada lateral se ubica el ingreso principal a la vivienda.

Distribución general de una vivienda gassho, basado en gráfico de Tan Hong YewDistribución tridimensional de una vivienda gassho, con el inori o calefacción como elemento central en la vivienda.
Imagen cortesía de Tan Hong Yew

Asimismo, las casas gassho son mucho más grandes que otros tipos de vivienda japonesa. Tienen entre 3 y 4 niveles y, además de las áreas productivas, pueden llegar a acomodar hasta 50 personas. En el ático de las viviendas se encuentran grandes ambientes donde se producía la seda, y que podía subdividirse en 2 a 3 sub-ambientes.

En el ático se ubicaba la zona de producción de seda.
Foto cortesía de la Dirección de Educación de Shirakawa-mura.Interior de los áticos mostrando los amarres de cuerda. Foto C. Zeballos

Es frecuente en estas casas encontrar calefacción central, y dado que nuestra visita fue en invierno, pude constatar la importancia de esta chimenea central. Sin embargo, el humo que produce la misma es por momentos asfixiante, aunque según dicen, aquello impide que las casas se vean infestadas por roedores o insectos. Para ello, se coloca una plataforma suspendida sobre el fuego o hiama, que difunde el calor y el humo por toda la casa. Para evitar el riesgo de incendio, la fogata se desarrolla sobre un pequeño campo de arena, llamado irori. Los servicios higiénicos y almacenes se hallan separados de la vivienda principal, también para evitar riesgo de incendio.


Dos vistas de la claefacción central o irori. Foto C. Zeballos.
Decoración interior de una de las viviendas. Foto C. Zeballos.
Para la construcción de los techos no se hace uso de clavos, sino se amarran las vigas con cuerdas y aseguradas con cuñas de madera en la parte baja de la estructura.

Muchas casas mantienen sus ventanas tradicionales de papel en vex de vidrio. Foto C. Zeballos.

Según David y Michiko Young en su libro Introduction to Japanese Architecture, existen 8 pasos para la construcción de estos techos
  1. Grandes vigas [en forma de A] se sujetan a un madero central en la cresta.
  2. Vigas horizontales son colocadas a de un extremo a otro de las vigas en ángulos rectos.
  3. Pequeñas viguetas [en forma de A] son usadas para crear una grilla entre las grandes vigas.
  4. La superficie exterior es cubierta con esteras de junco.
  5. Atados de paja son colocados sobre las esteras y amarrados al marco del techo.
  6. En el interior, grandes vigas horizontales, a las que el piso es sujetado, son amarradas en cada nivel a las vigas diagonales.
  7. Al interior de cada vertiente del techo se sujetan maderos diagonales a las grandes vigas.
  8. Grandes vigas transversales, paralelas al piso, conectan las dos vertientes del techo en el piso superior.
Proceso constructivo de los techos de las casas gassho.
Imagen cortesía de la Dirección de Educación de Shirakawa-mura.

Cada 30 años los techos de las viviendas son renovados por turnos, y es una tarea en la que participa toda la comunidad. Esta actividad llamada yui, (que me hace recordar a la minka usada en el imperio incaico y que se conserva aún en muchas comunidades andinas en el Perú), consiste en trabajos comunales en los que toda la población participa en la reconstrucción de los techos de las casa de otras familias.

Más de 100 personas participan en la labor comunal o yui para el reemplazo de los techos.
Foto cortesía de la Dirección de Educación de Shirakawa-mura.

Inicio del proceso de renovación del techo. Foto C. Zeballos.

CONSERVACIÓN

El difícil acceso a la zona conllevó a que el desarrollo urbano llegara relativamente tarde más que en resto del territorio japonés. Aún así, muchísimas de estas casas desparecieron bajo caterpillars dando lugar a los espantosos edificios y destruyendo para siempre aldeas tradicionales enteras. De 1800 casas en 93 villas al final del siglo XIX se pasó a tener 144 casas en sólo 3 pueblos. Sin embargo, las sobrevivientes llegaron a ser protegidas por las autoridades, y luego de su inscripción en la lista de patrimonio de la UNESCO se ha asignado una partida especial para su mantenimiento y promoción. Además de Ogimachi, existen otras casas gassho en Ainokura y Suganuma.

La preservación de este paisaje cultural es importante, no solamente por el bello entorno natural o por la singular arquitectura de las viviendas gassho, sino por la intricada red de relaciones socio-económicas y culturales de sus habitantes.

VER TAMBIEN/SEE ALSO:

- ARQUITECTURA TRADICIONAL JAPONESA
/
TRADITIONAL JAPANESE ARCHITECTURE
- PAISAJE CULTURAL


Con Prof. Junzo Uchiyama, Caroline y Aiko san.