27 enero, 2007

LA CASA DE LA CASCADA


ENGLISH VERSION

Hablar del trinomio paisaje, agua y arquitectura evoca necesariamente a la Casa de la Cascada o Fallingwater, la casa que Frank Lloyd Wright diseñara para el comerciante y filántropo Edgar J. Kaufmann y su esposa Liliane en 1935, en Pennsylvania, Estados Unidos. A más de 70 años después de haber sido construída, Fallingwater es sin duda el mejor ejemplo de la arquitectura estadounidense y sigue impresionando por su composición espacial, por el innovador uso de su materiales y sobre todo por su perfecta integración al paisaje circundante. Fallingwater, la residencia privada más famosa del siglo XX, logra armonizarse con su entorno natural proponiendo una sucesión de volúmenes puristas que dan la impresión de levitar sobre el agua. Como dijera Franklin Toker en su fascinante Fallingwater Rising, "Visitar la Casa de la cascada tiene poco que ver con arquitectura o ingeniería: la calidad que percibimos aquí es esencialmente espiritual."

Foto Cortesía del Conservatorio de Pennsylvania del Oeste (WPC)

La casa, construida entre 1935 a 1937, no sólo devolvió fama mundial a un sexagenario y casi olvidado Wright (tenía 67 años y hacía una década no tenía un encargo importante) sino que a la vez permitió al mercader judío E.J. Kaufmann ganarse el respeto de la prejuiciosa y antisemita sociedad de Pittsburgh en los años 30. Edgar Kaufmann hijo también tendría un papel importante en la fomentar la relación de su padre con el arquitecto, aunque su protagonismo ha sido cuestionado por investigadores como Toker. Lo que no se le puede negar es su desprendimiento, ya que gracias a Edgar Kaufmann hijo la Casa de la Cascada pudo conservar intacta su arquitectura, su mobiliario y tapicería (también diseñados por Wright específicamente para la casa), su fina colección de arte, y el entorno natural que los Kaufmann tuvieron a bien recuperar y proteger. Gracias a él la casa está hoy abierta al público.

E.J. Kaufmann y Wright en el Taliesin (Foto cortesía de WPC)

La casa se ubica apostada sobre el Arroyo del Oso (Bear Run) que en su corta trayectoria describe una U antes de desembocar en el río Youghiogheny, en una zona boscosa cerca de Ohiopyle, antiguamente deteriorada por actividad minera. Luego de ser adquirida por los Kaufmanns, el área fue ecológicamente recuperada y paisajísticamente mejorada.


A la izquierda abajo, Fallingwater. Arriba, río Youghiogheny (Foto Thomas Heinz, cortesía WPC)

Analizando el sitio Wright observó que no son una sino dos cascadas que cortan el sentido de la corriente en diagonales opuestas. De la misma forma estableció sus volúmenes rotando la dirección de sus voladizos 90 grados y logrando un escalonamiento progresivo de los volúmenes horizontales, que parecen flotar libremente sostenidos por la rígida pureza del volumen vertical de la chimenea que los sostiene.


Nueve meses transcurrieron desde la primera vez que Wright viera el terreno hasta que plasmara que el proyecto viera la luz en un plano. Durante ese tiempo, se han documentado por los menos 3 visitas de Wright a Bear Run, en las que el maestro concibiera el edificio en su cabeza. Ni una sola línea fue dibujada en ese tiempo, ya que Wright solía decir "Concibe el edificio en la imaginación, no en el papel sino en la mente... Déjalo vivir allí-tomando forma definitiva gradualmente antes de comprometerse con el tablero de dibujo. Cuando aquella cosa viva para ti, comienza a planearlo con herramientas. No antes...". Así pues, nueve meses estuvo Fallingwater en la cabeza de Wright, y luego fue dibujada en tan sólo 140 minutos. Durante ese lapso, muchos elementos hubieron de confluir en la mente de Wright para producir un resultado tan peculiar: desde sus trabajos previos en la Casa Robie, la Casa Gale o el Taliesin hasta la propia influencia de los arquitectos europeos. Desde las formas suavizadas y terrosas de San Ildefonso Pueblo que le fascinaban, hasta los dibujos japoneses de cascadas que coleccionaba producto de su viaje a Japón .

Vista de la cascada Ono, por Hokusai. Fuente, F. Toker

BASAMENTOS
Wright basó su composición en el arreglo de volúmenes horizontales y verticales dispuestos dinámicamente. Para lograr una sensación de ligereza, dispuso las terrazas en voladizo, apoyadas sobre macizos soportes de sección trapezoidal empotrados en la roca. Wright asoció este concepto estructural a la forma cómo un mesero carga una bandeja sobre sus dedos.

Vista de los soportes. Imagen Carlos Zeballos

Imagen de los soportes y la escalera hacia el Arroyo del Oso (Foto cortesía de WPC)

Sobre los soportes, dispuso unas vigas de concreto armado en el piso de aproximadamente un metro de ancho, las que, junto a unas viguetas transversales formaron una parrilla sobre la que se sotiene la terraza en voladizo. Al parecer E.J. Kaufmann desconfió del cálculo estructural de Wright y secretamente aumentó acero en la estructura, lo que motivó la ira del arquitecto quien le recriminó su falta de confianza. Sin embargo, Wright se equivocó en el cálculo estructural. Gracias a ese acero extra los voladizos no colapsaron, sin embargo ya en los años 90 se observaba una deflexión de hasta 20 cm. Trabajos de postensado en el 2001 lograron estabilizar la estructura, pero costaron 11,5 millones de dólares, unas 100 veces el costo original de la casa.

Parrilla estructural. Imagen Carlos Zeballos
PRIMER NIVEL

Lo primero que llama la atención de la casa de la cascada es su ausencia de un "gran ingreso" como era costumbre en la residencias de la época. Por el contrario, la puerta principal se encuentra cuasi escondida en la parte posterior de la casa. Al ingresar, los bajos techos, las grandes ventanas y la ausencia de paredes al interior de la sala conducen la vista hacia el paisaje. El sonido de la cascada es omnipresente aunque la misma es invisible al interior de la casa. El piso de piedra y el enchapado pétreo de la chimenea se fusiona con la roca viva en la que la construcción está inserta. El diseño interior parece salir de la propia casa y la colección de arte, preferentemente basada en arte asiático y latinoamericano, coadyuva en otorgarle un aire de misterio al interior.

Primer nivel (cortesía de WPC)
Primer nivel. Imagen Carlos Zeballos

Interior de la sala primer nivel (cortesía de WPC)
SEGUNDO NIVEL

Un amplia terraza se extiende frente al dormitorio de los Kaufmann, visualmente integrado al paisaje. Algo que llamó mucho mi atención es que el servicio higiénico también posee grandes ventanas hacia el exterior, a diferencia del típico baño que es un cubículo cerrado. No se puede negar que E.J. tenía estilo hasta para ir al baño... A diferencia del servicio higiénico, el cuarto de baño se ubica en una parte más interna. El vestidor es un volumen más opaco, al que Wright aplicó una ventana vertical que recorre los tres niveles.

Segundo nivel (cortesía de WPC)

Segundo nivel. Imagen Carlos ZeballosDormitorio principal. Foto cortesía R.Bean

TERCER NIVEL

Mucho más pequeño es el tercer nivel, que alberga las habitaciones de Edgar Kaufmann hijo. Estas son básicamente un pequeño espacio para la cama al lado de la terraza, también ampliamente iluminada por ventanales (las ventanas no tienen marco en la esquina, lo que le da una transparencia notable para la época) y el estudio, al que finalmente Edgar se mudó ya que su "dormitorio" era muy pequeño. Hay también una conexión entre ambas terrazas, aunque probablemente haya sido poco usada.

Tercer nivel (cortesía de WPC)Tercer nivel. Imagen Carlos Zeballos
Dormitorio de E. Kauffman Jr. Foto cortesía R.Bean

LA CASA DE HUÉSPEDES

Luego de inaugurada Fallingwater, quedo claro que la habitación de Huéspedes en el segundo nivel sería insuficiente para los frecuentes visitantes a la casa, por lo se encomendó a Wright una casa para huéspedes, un poco más arriba que la casa principal. Ésta se halla conectada por una escalinata semicircular cuyo techo (apoyado en tubos de metal en un solo lado para reforzar su carácter etéreo) se pliega conforme se va ascendiendo en el terreno.

Acceso a la casa de huéspedes. Foto cortesía R.Bean
La casa de visitas mantiene el estilo de la casa principal, cuenta también con magníficas visitas y con una piscina propia.
Casa de huéspedes (cortesía de WPC)

Más de 2 millones de visitantes han peregrinado hasta la casa Casa de la Cascada en este escondido paraje norteamericano. El conocido actor y aficionado a la arquitectura Brad Pitt recientemente comentó: "Yo tenía un sentido visual de La Casa de La cascada, pero experimentarla en persona, escuchar el sonido de la cascada discurriendo bajo la casa y el aroma de la madera en la chimenea, fué mejor que nada que yo hubiera podido imaginar...". Bueno, aún no se puede reproducir el aroma de la madera en la chimenea, pero esta animación hecha por la gente de Digital Urban, da una aproximación muy impresionante de la casa y su entorno.



El contextualismo de la casa con su paisaje, utilizando un lenguaje arquitectónico modernista, la rica articulación táctil del las superficies interiores en concordancia con el dramatismo volumétrico exterior, la sutil integración de su mobiliario y su patrimonio artístico hacen de la Casa de la Cascada la obra arquitectónica más importante en EEUU. cuyas referencias continúan hasta hoy. Parafraseando otra vez a Toker, "Nunca hubo una casa como Fallingwater. Nunca más la habrá".


- ENLACES EXTERNOS


Thank you so much Dr. Ernie and Sandra Manders for your kind hospitality!

COLCA LODGE, INTEGRÁNDOSE AL PAISAJE CULTURAL


COLCA LODGE AND THE COLCA VALLEY'S CULTURAL LANDSCAPE
English version

"Inevitablemente valorar todo el paisaje cultural, implica valorizar tanto o más lo intangible como lo tangible, lo mágico como lo real, lo popular como lo áulico, en fin, sumergirse en el goce de la vida misma, antes que solazarse en sus manifestaciones más ilustradas y exitosas."
Rubén Pesci.


Foto cortesía de Southamerica.art

El cañón del Colca es una impresionante estructura geológica localizada en el departamento de Arequipa, en el sur del Perú. Con sus 3250 metros, es dos veces y media más profundo que el Cañón del Colorado, EE.UU (1400 metros) y es el segundo cañón más profundo en el mundo, tan sólo superado en profundidad por el cañón de Cotahuasi (3535 metros), también localizado en Arequipa. El cóndor, ave andina cuya envergadura en vuelo es la más grande el planeta, suele enseñorearse sobrevolando los inmensos abismos, como un protagonista majestuoso y un espectador envidiable de este increíble paisaje.


Esta extraordinaria grieta alberga diversos climas y nichos ecológicos y ha permitido el desarrollo de diversas especies, de las que da cuenta el conservacionista Mauricio de Romaña (El propio Romaña y Carlos Zeballos Barrios han impulsado grandemente el "redescubrimiento" del Colca, a través de estudios y la publicación de guías turísticas).

Culturas milenarias como los Collaguas y han poblado el valle del Colca, transformándolo en un imponente paisaje cultural, moldeando las laderas imposibles de los andes con terrazas y poblados (Según define Carl Sauer en su "Morfología del Paisaje" (1925), el paisaje cultural es la interacción de un grupo social sobre un paisaje natural. La cultura es el agente, lo natural es el medio; el paisaje cultural es el resultado.)

Luego de la conquista española los habitantes del Colca fueron agrupados en reducciones, formando poblados que se asentaron a ambos lados del valle, estableciendo una organización espacial y económica del territorio que ha sido estudiada por especialistas como la Dra. María Rostworowski, el arquéologo Steve Wrenkle y el CIARQ .


Las iglesias del Valle del Colca constituyen uno de los patrimonios más importantes en Sudamérica, ya que albergan verdaderas joyas de arte colonial. Ramón Gutiérrez ha publicado un interesante estudio sobre la arquitectura colonial en el Colca y la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional) viene ejecutando diversos proyectos para su restauración y potenciamiento en un interesante programa en el que se capacita a la propia población local en el cuidado de su patrimonio.


EL HOTEL COLCA LODGE

En medio de este contexto, como un espectador privilegiado de este magnífico escenario, se encuentra el Colca Lodge, proyectado por el reconocido arquitecto peruano Álvaro Pastor.


Pastor se educó en Tucumán, Argentina y trabajó junto a su compatriota Enrique Ciriani en París. Ha tenido una fértil labor proyectual que le ha merecido reconocimientos a nivel nacional e internacional, entre ellos el primer lugar en el concurso del museo Machu Picchu, que realizara junto a los arquitectos G. Valdivia, E. Suárez, H. Perochena y R. Borda. Es docente principal de la Universidad Católica de Arequipa, y también lo ha sido en la UNSA en esa ciudad.

Pastor es dueño de una singular sensibilidad por el material y el lugar en el que proyecta, sin perder por ello el lenguaje contemporáneo que caracteriza su arquitectura. Este respeto al locus lo ha llevado a proyectar el hotel Colca Lodge utilizando métodos constructivos de los pobladores del valle, como la piedra, barro, madera y paja, sin perder la exquisitez en el detalle ni el cálido confort que esta instalación le requería.


El hotel se ubica se entre los pueblos de Coporaque e Ichupampa, desarrollándose en una pequeña planicie frente al río Colca, extendiéndose como la prolongación de las andenerías que esculpen las laderas de los cerros, al igual como hace 1500 años.


El conjunto ha tomado como referencia la arquitectura tradicional local, y de hecho se asemeja a un pequeño poblado andino.


El corazón del mismo es el restaurante, un cubo macizo de piedra al que se le superpone otro cubo acristalado cubierto por una pirámide de paja.


Frente a él se encuentra la una plaza circular, llamada la plaza de la luna, denominada así según la antigua costumbre de observar el astro lunar reflejado en los espejos de agua.


Las habitaciones, a manera de casitas, se organizan en dos barras que nacen de este núcleo, sirviéndose de "callecitas" empedradas. La conformación de las barras (una de ellas semicircular) armonizan con la topografía y la andenería circundante.


Las casitas, que se diferencian rítmicamente en altura, se separan del espacio público por medio de un foyer que sirve de recibidor a las mismas. Al final de cada barra de encuentra un módulo de dos pisos, correspondiente a las habitaciones principales.


El interior de las habitaciones expresa con suprema sencillez,el lenguaje vernacular andino, pero al mismo tiempo ofrece un ameno juego espacial con los elementos que los componen.
En el caso de las suites, Pastor ha ubicado una zona social en el primer nivel, consistente en una salita y una cocinilla, con su expansión a una terraza y a una poza privada.


De esta forma, el arquitecto privilegia la ubicación del dormitorio en la segunda planta, ofreciendo al huésped una vista espectacular del valle.


El hotel aprovecha las numerosas aguas termales que, producto de la actividad volcánica de la zona, son frecuentes en las inmediaciones. Sin embargo, han sido cuidadosamente diseñadas para no interferir con el ambiente natural, ya que el arquitecto utilizó un sistema de canales similares a los que utilizaban los Collaguas.


El diseño de las suites incluye pequeñas pozas privadas, ideales para disfrutar de las aguas termales a la luz de la luna o al amanecer que destacan en el aire ralo e impoluto.


Para la construcción de este hotel Álvaro Pastor contó con el apoyo de Marcello Berolatti, quien es también un arquitecto peruano que desde hace varios años viene experimentando con métodos constructivos tradicionales.
El conjunto del Colca Lodge redefine los códigos de una sintaxis arquitectónica vernacular y los re-compone en una organización contemporánea y confortable, integrándose al paisaje con humildad y al mismo tiempo con maestría.

VER TAMBIÉN
- ARQUITECTURA Y PAISAJE


- BAÑOS TERMALES Y NATURALEZA


18 enero, 2007

KIYOMIZU DERA, EL TEMPLO DEL AGUA PURA


ENGLISH

El templo de Kiyo mizu o del agua pura (清水寺), ubicado en las montañas de Higashiyama al este de Kioto, es uno de los más impresionantes y famosos conjuntos edilicios del Japón tradicional, es patrimonio de la humanidad desde 1994 y fue uno de los 21 candidatos para ser elegido entre las nuevas 7 maravillas del mundo.

La historia de Kiyomizu dera (la terminación dera significa templo budista, mientras que ji o jinja implica un santuario sintoísta) es más antigua que la del propio Kioto. Cuenta la leyenda que en 778 Enchin, un monje proveniente de Nara, inspirado por un sueño rastreó el recorrido de un límpido arroyuelo hasta encontrar una cristalina cascada que lamía la ladera del monte Otowa y en aquel lugar construyó una ermita en honor a Kannon, la deidad femenina de la bondad. Dos años más tarde, en 780, el famoso general Tamuramaro Sakanoue andaba por el lugar tras la caza de un venado para su esposa embarazada, ya que en esa época se creía que la sangre del venado era buena para la fertilidad. Enchin sermoneó duramente a Tamuramaro por matar al animal, por lo que el general, arrepentido, construyó un templo en honor al agua pura de la cascada, al que llamó Kiyo mizu y que terminó en 798. El edificio original duró hasta 1629 en que fue destruído por un incendio, siendo reconstruído en 1633. Hoy en día existen todavía varias zonas en restauración y-o construcción.


Precediendo al templo , que se ubica en lo alto de la colina, se encuentran atractivos pasajes peatonales, estoicos sobrevivientes al incendio que en 1864 destruyera el 80% de Kioto, a la segunda guerra mundial y a la vorágine modernista de la post guerra que ha carcomido tantos ambientes de rico legado histórico. Estos angostos y empinados callejones, llamados Ninen-zaka y Sannen-zaka (sus nombres significan "Pendientes de dos y tres años" respectivamente, y deben su nombre a la superstición de que si se tropieza en Ninen-saka se tendrá dos años de mala suerte, y en Sannen-zaka, tres) son auténticos ejemplos del ambiente urbano tradicional de las ciudades japonesas antiguas, conformadas por pequeños comercios de ventanas menudas, con casitas de dos pisos ubicadas en la parte posterior. Ambas callejuelas confluyen en otro pasaje, el Kiyomizu-zaka que continúa su ascención al templo ofreciendo interesantes perspectivas al transeúnte, y por supuesto, numerosos locales comerciales donde se ofrece, entre otros, la afamada escuela de cerámica Kiyomizu-yaki.




Al final del angosto pasaje, la visual se abre para mostrarnos una amplia perspectiva del templo de Kiyomizu. La composición sucesiva y aterrazada de los elementos, acompañados de graderías y plataformas que le confieren un carácter soberbio e imponente.


El complejo de Kiyomizu dera está compuesto por una veintena de edificios, siendo los más importantes los que comentamos a continuación:


Nio-mon
Ubicado sobre un atrio, la Puerta de los dos Reyes consiste en un bloque de dos pisos con el techo de corteza de ciprés, construído en 1478. A ambos lados se encuentran sendos reyes y dos leones koma-inu, para proteger al templo de los malos espíritus.


Sai-mon
Tras ascender otro grupo de escalinatas se encuentra la llamada Puerta del este, otro bloque de dos pisos pintados de vermellón y blanco que simbolizan la referencia a sus raíces budistas chinas, cubierto por un techo de ciprés sostenido por ocho columnas. Fue construído en 1607 en el elaborado estilo del período Momoyama.

Shoro
También llamada la Torre de la Campana. Se encuentra a la izquierda del Sai-mon, y aunque fue construído en 1596, la campana fue fundida en 1478.


Sanju no to
Es una pagoda de 3 pisos ubicada al este de Sai-mon. Es la pagoda de 3 pisos más alta del Japón. A lo lejos, domina la vista con su graciosa esbeltez; de cerca, llama la atención por la fina delicadeza de sus detalles y decorado.


Detrás de la pagoda, siguen una serie de edificios menores, generalmente no abiertos al público, como el Kyodo una biblioteca Sutra que atesora textos budistas sagrados, el Kaisan-do (salón del Fundador) y contiene figuras multicolores y el Todoroki-mon o puerta central, con características similares a las puertas ya mencionadas. Un aporte japonés a los templos importados de China es la inclusión de una fuente como elemento purificador del visitante, y en el caso de Kiyomizu dera toma la forma de un dragón arrojando agua por la boca.


Asakura-do
Un salón donado por Asakura Sadakaga en 1633, que contiene una estatua del Kannon de 11 caras y una piedra que representa las pisadas de Buda. El edificio se encuentra elevado sobre una base de piedra y rodeado por una baranda.


Hon-do
Es el edificio principal y más representativo de Kiyomizu dera.


Es una estructura de 58 m x 27 m, sobresaliendo sobre una quebrada y soportado por 139 columnas de madera, que llegan a medir hasta 15 metros de alto. Lo interesante es que estos pilotes se ubican sobre bases de piedra, es decir sin cimentación propiamente dicha. Las columnas soportan un amplia terraza que funcionaba como proscenio para danzas, y a ambos lados se encuentran galerías techadas donde se solían ubicar las orquestas de monjes.

IMAGEN 3D CARLOS ZEBALLOS. FUENTE M. SAWADA


Sección de Hon-do. Fuente Mapa arquitectónico de Kioto
En el interior del Hondo tiene dos santuarios. Uno externo o gejin, de piso de madera simple ornamento y que goza de una visual excepcional, y otro interno o naijin, de piso de piedra y prolífico en decoración interior.

IMAGEN 3D CARLOS ZEBALLOS. FUENTE M. SAWADAVISTA DEL GEJIN. A LA IZQUIERDA SE PUEDE APRECIAR EL NAIJIN

El techo del salón es una enorme cobertura que llega a los 16 m. y sobresale sobre la terraza. Diferentemente a otros templos japoneses cuyos techos se hallan recubiertos de tejas, en el Hon-do el techo es cubierto con tablillas de ciprés. Es flanqueado por coberturas menores a los costados y una que sobresale en la cara este, llamados mokoshi.

IMAGEN 3D CARLOS ZEBALLOS. FUENTE M. SAWADA

Continúa una serie de edificios menores, emplazado en L frente a la quebrada, entre los que destaca el Okuno-in, el lugar donde se construyera la primera ermita y, gracias a que también tiene una terraza, goza de una ubicación privilegiada para espectar el Hon-do y el sur de la ciudad de Kioto.


Otowa no taki
Unos 15 metros bajo el nivel del Okuno in, se encuentra la cascada que dio nombre y origen al templo. La "Cascada del sonido de las Plumas"discurre a través de tres canales de piedra. Se dice de ella que tiene poderes curativos, por lo que es común observar filas de japoneses bebiendo de sus aguas. Es muy interesante su ubicacion en el corazón de la quebrada, protegida por la naturaleza y la arquitectura como el centro simbólico del templo.


Koyasu-no-to
Es otra pagoda que se encuentra al sur del complejo, y que puede divisarse desde Hon-do, emergiendo de entre los árboles .

Algunos expertos como los esposos Young han asociado la forma de las pagodas japonesas y chinas a las stupas en India.

Un recorrido estimulante
Uno de los aspectos que más llama mi atención al visitar Kiyomizu dera es el sugestivo recorrido que acompaña al visitante desde su ascensión por Ninnen-zaka o Sansen-zaka. Los estrechos y tortuosos pasajes se suceden impulsando al visitante a una peregrinación singular. Una vez en el templo, los edificios se suceden procesionalmente conduciendo al visitante a través de una serie de espacios, canales y salones, que se suceden magistralmente experimentando cambios de escala que van desde lo protegido hasta lo expuesto a la naturaleza. La combinación entre masas y espacios abiertos enmarca el imponente paisaje de la ciudad desde lo alto de la colina.

Vista aérea tomada de "El Espacio Urbano de Japón"

La integración de la edilicia a la topografía ofrece al usuario múltiples alternativas que van desde el encaramarse sobre un mirador panorámico, adentrarse en un bosque espeso, establecer un contacto con el agua de la cascada o disfrutar de la exquisita visual de un jardín que se organiza en torno a un estanque.

Foto cortesía de Tobias Wittig

La integración de la arquitectura con el paisaje es notable, no sólo por los materiales utilizados y por la fluidez espacial que discurre entre los edificios, sino porque la forma de las coberturas simula la continuidad de la montaña. Como contrapunto a la masa de templos de techos piramidales destaca la esbeltez y verticalidad de las pagodas que contrasta con el boscoso perfil de la montaña.


Anécdotas finales
Este templo tan tradicional no escapa a una serie de ocurrencias anecdóticas que me gustaría brevemente comentar.
- En el periodo Edo, mucha gente solía saltar de la terraza de Hon-do, como muestra de un acto de valor. De hecho, de 234 saltos, más del 85% sobrevivió a la caída sobre los árboles. De allí viene el refrán japonés "saltar de la terraza de Kiyomizu dera" para referirse a un acto glorioso o de mucho valor.
- Dícese que en el siglo VIII una mujer gestante vino a orar a la pagoda Koyasu-no-to y su bebé resultó ser luego la emperatriz Kokken, por lo que es un lugar de visita predilecto para las mujeres gestantes.
- Como mencioné, se dice que beber de las aguas de la cascada Otowa no taki tiene propiedades buenas para la salud, éxito en los estudios y longevidad. pero debe tomarse el agua de sólo una de las cascadas, ya que si se toma de las tres los efectos serán los opuestos como castigo divino a la codicia.
- Al norte del templo se encuentra el santuario de Jishu donde se encuentran un par de piedras llamadas Mekura ishi, separadas una de otra por unos 20 metros. Se dice que se debe caminar de una a otra con los ojos cerrados repitiendo el nombre de la persona amada. Si es que se llega al destino correcto, se garantiza una vida amorosa feliz, si no... es mejor encontrar otra pareja...

Foto por MykReeve